miércoles, 12 de septiembre de 2007

CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA: ARTÍCULO 5.

Artículo 5

La capital del Estado es la villa de Madrid.

Nacida a partir de un enclave musulmán (Mayrīt, مجريط; llamado en castellano antiguo Magrit, Magerit y Matrit), conquistado por Alfonso VI de León y Castilla en 1083, la villa fue elegida en 1561 como sede de la corte por Felipe II, siendo la primera capital permanente de la monarquía hispánica. Desde entonces, salvo un breve intervalo de tiempo entre 1601 y 1606 en el que la capitalidad pasó temporalmente a Valladolid, Madrid ha sido la capital de España y sede del Gobierno de la nación (excepto durante la Guerra Civil, en que el gobierno se trasladó primero a Valencia y luego a Barcelona).

Como capital de la nación, Madrid alberga las sedes del Gobierno, Cortes, principales centros de la Administración pública central, Instituciones y Organismos del Estado, así como de la residencia oficial de los reyes de España.

A pesar de que desde 1561 el establecimiento de manera permanente de la Corte en Madrid otorgara a la Villa la condición de capital (de la Monarquía Católica y del Imperio Español), el reconocimiento jurídico de la función de capitalidad hubo de esperar más tiempo. Hasta 1931, con el advenimiento de la Segunda República, no se oficializa constitucionalmente este hecho, posteriormente también sancionado en la Carta Magna de 1978.

3 comentarios:

Zapataplús!! dijo...

Buen apunte histórico, yo hubiese nombrado en la cita a Carlos III como mejor alcalde.
Un saludo.

Decentes dijo...

Gracias Zapataplus!

Adivagar dijo...

Decentes, magnífica entrada. Pero si no me equivoco, hubo otro intervalo de tiempo en el que Madrid perdió su capitalidad. Durante la guerra con los franceses, entre 1810 y 1812 las cortes se reunían en Cádiz. De todos modos es discutible, ya que bien podría hablarse de gobierno en el exilio, pero era territorio español, de hecho era el único territorio que continuaba siendo español por entonces, con lo que era mucho más legítimo que el impuesto por Napoleón.

Un saludo.